Colaboración con la revista Arquitectos...

ASUNTOS INTERNOS

HONESTIDAD

¿Cual ha sido el motor del cambio? ¿Qué es lo que más ha evolucionado y revolucionado nuestra profesión en los últimos 20 años?

Debemos buscar un nuevo marco para ser considerados "honestos" por la sociedad. Honesto es aquel prudente, decoroso, razonable y justo; y también aquel recto y honrado.

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Debemos abandonar el hábito de predecir. La realidad no es un hecho físico que responda a formulaciones matemáticas. Incluso el mismo cálculo estructural responde con mayor precisión a los métodos "estadísticos" que a los "estáticos". ¿Y por qué le llamas manipulación si le puede llamar estadística? Debemos reclamar la "simulación": modelos que respondan a la realidad del servicio en condiciones normales, y que respondan también a variables que ejemplifiquen estados de "anormalidad". ¿Por qué no incluir el pánico en las condiciones de evacuación? La combinación de las distintas normativas las ponen en evidencia: ¿Cuáles son los requerimientos espaciales para un ciego? ¿Cómo ahorramos energía con el aire acondicionado necesario para dormir en verano frente a las plazas del botellón con las ventanas cerradas y las persianas bajadas?

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Siguiendo el mismo hilo, ¿cómo cuantificamos el valor de lo que construimos? Porque el PEM que mantenemos artificialmente como referencia para nuestros proyectos ya no se lo cree ni nuestro seguro. Los Ayuntamientos recalculan para cobrar los impuestos y Hacienda obliga a los Notarios a reflejar como valor, al menos, el de la tasación hipotecaria... ¿Cuantos arquitectos comienzan su relación con su cliente con un: -Bueno... y usted... cuánto cobra al mes? ¿Cuantos arquitectos comienzan su relación con su cliente preguntándole cuánto quiere o puede o está dispuesto a gastar? No. Se hace el proyecto con un "¿PEM?" de 100.000... se piden tres o cuatro presupuestes que oscilan entre los 180.000 y los 240.000... y luego se va al banco que pide/exige una tasación que llegue hasta los 300.000... o más. Ese modelo ya no funciona. Es más: nunca funcionó... Un proyecto debe reflejar el valor del bien construido... no el PIM PAM PUM... ¿O es que los arquitectos no pueden hacer tasaciones? Ahora nos quejamos de que los bancos no financian nuestras artistadas... o que nuestros clientes no pueden pagarlas.

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Y para seguir, porque terminar no se terminaría nunca... aun si se acabase quedaría mucho por discutir; debemos facilitar la comunicación de la forma arquitectónica, aprovechando todas las tecnologías existentes, hacia aquellos que ni tienen, ni tienen por qué tener nuestra facilidad para leer un plano. Y esto no significa tener ahí a un chaval que haga "renders". No. Más bien significa tener ahí un concepto de "comunicación". Evidentemente, la representación arquitectónica seguirá contando con "el plano" como herramienta suprema... su efectividad es del 100%. Pero falla en la "presentación" arquitectónica. No digo una imagen de un jardín, con sus columpios, su piscina... su arbolado frondoso y, allá, al fondo... un trozo del canalón del edificio en donde está ese piso maravilloso... 70m2... 300.000 eurazos... y luego un plano: aquí se duerme, aquí te vistes y aquí te duchas... dormitorio con vestidor de 12m2 y baño de 3,50... ¿y? La información que se da o no, la que se puede dar y la que no; al vender una vivienda sobre plano, debe estar (y de hecho lo está) obligada por un reglamento que garantice que el comprador tenga una idea clara de lo que está comprando. El control del contenido de esa información y de las formas en que se ofrece al público debe estar en manos de la Dirección Facultativa de la Obra; que es la responsable del resultado final del Proyecto. Y esto tanto en venta como en autopromoción.

Resumiendo: Inteligencia por encima del la reglamentación. El CTE permite justificar el cumplimiento por métodos alternativos que nadie ha estudiado... sólo se ha criticado. Valoración real del esfuerzo que significa construir. No tiene sentido que sea el banco el que al final sea quien decida lo que se hace y lo que no. Y empleo de toda la tecnología existente para que el futuro usuario de nuestra arquitectura tenga una idea suficientemente clara de lo que se está proyectando y construyendo.

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